La cita entre dos gigantes del fútbol europeo se resolvió con detalles mínimos. El Liverpool dominó gran parte del encuentro, buscando con insistencia romper el cerrojo defensivo del Real Madrid. Tras una primera parte sin goles, Mac Allister conectó un centro de Dominik Szoboszlai para marcar el único tanto del partido y desatar la alegría en Anfield.

Aunque el Madrid mantuvo la posesión en varios tramos, apenas generó ocasiones claras: apenas dos remates al arco y varias intervenciones de Thibaut Courtois evitaron que el marcador fuera mayor.

El resultado también tuvo matices emocionales. Trent Alexander‑Arnold, exjugador del Liverpool, volvió a Anfield vistiendo la camiseta blanca y recibió abucheos del público local, un reflejo del peso de esta rivalidad.

Para el Madrid, la derrota plantea preguntas sobre la propuesta táctica de Xabi Alonso y la capacidad de su plantilla para romper defensas sólidas en escenarios exigentes. 

Este resultado pone al Liverpool con nueve puntos y al Real Madrid con idéntica cifra, aunque los ingleses avanzan con mayor impulso psicológico. En un grupo altamente competitivo, cada punto cuenta y la moral gana tanta importancia como la táctica.

Una tarde en la que Liverpool recuperó confianza, impuso su estilo en Anfield y recordó por qué es un rival temible en Europa. Para el Real Madrid, el revés abre una cuenta atrás de reacción urgente.