Un ambiente tenso se vivió en el Estadio Anoeta durante el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey entre el Real Madrid y la Real Sociedad.

El árbitro José María Sánchez detuvo el partido en el tiempo de descuento del primer tiempo, debido a los cánticos ofensivos que iban dirigidos al Raúl Asencio, jugador del Real Madrid. Los aficionados corearon: "Asencio, muérete", generando que los oficiales tomaran acción inmediata.

En primera instancia el árbitro dialogó con los capitanes de los equipos, Mikel Oyarzabal (Real Sociedad) y Vinícius Jr. (Real Madrid), antes de consultar a los entrenadores, Imanol Alguacil y Carlo Ancelotti, así como al delegado de campo de la Real Sociedad y a un miembro de la policía local.

El encuentro fue pausado durante varios minutos, para luego en las pantallas del estadio se mostró un mensaje en español y en euskera, indicando: "No a los cánticos racistas, xenófobos e intolerantes. Apoya a tu equipo mientras respetas a tus rivales".

Tras el encuentro, el árbitro incluyó los eventos en su informe oficial, detallando cómo Vinícius le informó sobre el abuso que estaba recibiendo Asencio por parte de una sección de aficionados. El árbitro anotó: "En el minuto 46, Vinícius me comunicó que su compañero Raúl Asencio estaba siendo insultado desde detrás de una de las porterías por aficionados que mostraban objetos del club local". Informó haber escuchado claramente desde las gradas el cántico: "¡Asencio, muérete!", lo que activó el protocolo anti-racismo del estadio.

El técnico de los blancos, Carlo Ancelotti decidió cambiarlo al término de los primeros 45 minutos reglamentarios, y en rueda de prensa señaló que: "A nadie le gusta que le griten ‘muérete’. Así que estaba afectado. He preferido quitarlo, porque su sentimiento le podía afecta".

Este incidente marca la segunda activación de protocolos relacionados con el comportamiento de la afición en el fútbol español en solo cuatro días.